La pandemia del COVID-19 ha transformado los servicios fúnebres, tanto para defunciones por esta enfermedad o como para aquellas personas que hayan fallecido por otras causas. Las circunstancias vigentes son extraordinarias y no tenemos referentes pasados con los que comparar.
Los ritos funerarios, característicos de cada comunidad, son muy significativos. Tienen la relevante tarea de ayudar a afrontar la pérdida rodeado de familiares y amigos. La imposibilidad en estos tiempos de hacer colectivo el dolor, agrava un proceso ya duro de por sí. Imposibilitados de tener contacto con los afectos que no permite llevar de manera habitual un adecuado proceso de despedida.
¿Cómo se puede afrontar el duelo en estas circunstancias?
El duelo es un proceso, y que durante este período moviliza distintos sentimientos e ideas. Cuando se atraviesa un duelo se necesita reflexionar y volver a dar una significación a lo que se ha perdido y asimismo escuchar una palabra de aliento que permita ver mejor lo sucedido.
Hablar de los sentimientos con familiares o personas de confianza de lo que ha generado la pérdida es muy significativo para sobrellevar el dolor y la tristeza. Conocida es la función terapéutica de la palabra, lograr poner en palabras el propio sufrimiento es un paso hacia su superación. En caso de no habitar el mismo domicilio se pueden utilizar varios recursos para comunicarse: desde el teléfono de línea tradicional a los que provee la tecnología actual como Skype, Telegram, Whatsapp etc., teniendo en cuenta siempre que: “Estamos aislados, no solos”.
El sentimiento de culpa puede aparecer, es necesario no culpabilizarse por no haberlo podido despedir de una forma adecuada, y ser conscientes de que se lo ha acompañado a lo largo de su vida en los momentos más importantes de su ciclo vital metas logradas, éxitos, fracasos y acontecimientos vividos juntos.
Además, hay que buscar formas para sobrellevar el duelo. Habrá quienes escriban sobre su dolor en un diario personal o en cartas, estas modalidades pueden facilitar la expresión de sentimientos y dar significado personal a la experiencia de la pérdida. Lo más importante es permitirse expresar el dolor, con el paso del tiempo nos hace sentir que algo va cambiando y de alguna manera… sanando.
Hay que asumir la realidad de la pérdida por dificultoso que sea, así como expresar completamente todos los sentimientos respecto a ella. Se recorrerá un proceso difícil. El dolor irá variando, la tristeza de la ausencia física del ser amado se quedará, pero no en la misma forma que se siente apenas comenzado el duelo. No es buscar olvidar. Los vínculos genuinos y profundos no se evaporan, la memoria y la historia se encargan de preservarlos.
Pedro Cabral
Lic. en Psicología Mat 2124